miércoles, 23 de julio de 2014

IGNORANCIA O FALTA DE VOLUNTAD

Una vez más la protección definitiva de la Viesca se retrasa. La consejería de Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural, al frente de la cual se encuentra Blanca Martínez, lleva tramitando desde hace más de dos años el expediente de declaración de la Viesca como Área Natural de Especial Interés y, en un alarde de gestión eficaz, solicita hace 15 días a los ayuntamientos de Cartes y Torrelavega, un documento de aceptación de la gestión de dicha figura de protección como requisito para llevarla a efecto. Ambos ayuntamientos parecen estar recabando informes para poder definir, en fondo y forma, el documento que se solicita desde Santander, incluso, tienen previsto consensuarlo en una reunión, a la que estaríamos muy interesados en asistir como promotores durante más de 25 años de la protección de la Viesca y sabiendo que no tendrán nada que ¿esconder?. Cabe recordar que Torrelavega, ya aprobó en un pleno de 2013, y por unanimidad, que se decretase el ANEI para la Viesca, independientemente de que la gestión fuera regional o municipal. Todos “aman” la Viesca, todos realizan en ella programas de control de especies invasoras, de fomento del deporte, de educación ambiental,… todos publicitan en sus páginas oficiales la Viesca como reclamo para el disfrute de propios y ajenos. En todos estos casos nadie tiene dudas en hacer suyo este espléndido paraje, pero a la hora de dar ágiles, firmes y decididos pasos hacia la protección definitiva de la Viesca, no hay forma de que aparezca el amo, a pesar de que estamos convencidos de que esta figura de protección aumentará las posibilidades de seguir con todos estos programas e iniciativas que en este especial enclave se llevan a cabo. Desconocemos cuales son las razones que provocan estas incoherencias, de la Consejería y de los Ayuntamientos, que siguen retrasando la definitiva protección de la Viesca, pero nosotros proponemos dos: ignorancia o falta de voluntad.

martes, 3 de junio de 2014

Rotonda del minero

AL FINAL TODO SE SABE Un informe elaborado por el director del SERCA, pone, negro sobre blanco, la verdadera razón que motivó la tala brutal y posterior reacondicionamiento de la rotonda del minero: “que se permita visualizar la estatua”. Tras las quejas de los vecinos del Barrio Covadonga, algunos concejales argumentaron que había árboles peligrosos, que existía falta de visibilidad para los vehículos,... ninguna de estas razones se correspondían con la realidad, todo mentiras. Dinero y horas de trabajo a cargo de las arcas municipales por que alguien consideraba que la estatua se veía poco. ¿Cuántas solicitudes de muchos ciudadanos, con menor coste y más justificadas, habrá en Torrelavega sin atender? ¡pero dónde vamos! Se dignará ahora el Sr. Abascal, concejal bajo cuya responsabilidad se llevó a cabo esta desafortunada actuación, a decir la verdad o, al menos, a decir algo. Desde luego, que se olviden de repetir algo así en las rotondas de “los campesinos” o de “los inmigrantes”, que seguro que alguno estaba pensando en ello.

martes, 25 de marzo de 2014

Cacicada política o ... 
 
Tras la desafortunada actuación llevada a cabo en la rotonda del minero, próxima al Barrio Covadonga, las explicaciones del equipo de gobierno se han basado en excusas y medias verdades, que lo único que han conseguido es sacar a la luz la absoluta descoordinación existente entre las diferentes concejalías.

A día de hoy, la concejalía responsable, encabezada por el Sr. Abascal, aún no se ha pronunciado.

Los ciudadanos tenemos derecho a saber qué motivó la realización de esta brutal actuación, si se tenía previsto continuar con otras rotondas, cual era el coste previsto, si existe un estudio que justifique estos hechos al igual que ahora se requiere un estudio paisajístico para paliar este desaguisado, …

Desde la AVV Besaya exigimos al responsable, el Sr. Abascal, que aporte datos, claros y contundentes, que hagan desvanecer la sospecha popular de que su decisión fué un proceder contrario a la justicia, la razón o las leyes, dictado solo por la voluntad o el capricho de un representante municipal, lo que comúnmente conocemos por una cacicada política.