viernes, 28 de mayo de 2010

CARTA DE J.Mª GRUBER SOBRE JUAN "EL CURA" publicada en "EL Mundo Cantabria"

JOSÉ MARÍA GRUBER
CON JUAN, ’EL CURA’, EN EL RECUERDO
Jueves 6 de mayo de 2010.




Siento decir que me salí del funeral antes de acabar. No podía soportar que se nos hablase con tanta insistencia de Juan como “el padre”, el “presbítero”. Creo que mucha de la gente que asistía al acto tenía la sensación de que se le estaba hablando de otra persona, de alguien distante, y no de su “Juan el cura” o, más concretamente, “el cura del barrio” (que, en Torrelavega, todos sabemos que “el barrio” es el Barrio Covadonga). Son manías de la Iglesia de establecer distancias.
Creo que tuve la suerte de no haber visto nunca a Juan con hábito o con las galas propias de los oficios religiosos. Tampoco le conocí dentro de las cuatro paredes del templo. Sí, bastantes veces, en el local que la parroquia presta para actos culturales y sociales. Y, sobre todo, lo conocí en la calle, casi siempre trabajando, con las manos más que con las palabras, haciendo y no predicando. Haciendo por el barrio, claro.
Antes de abandonar el funeral, sentí una doble sensación. Que Juan estaría seguramente molesto ante tanta gente reunida en su nombre. Y que tanta gente había acudido allí sin que Juan les habiese llamado. O, precisamente, porque Juan no les había llamado. Porque Juan no llamaba nunca a la gente. No hacía proselitismo. No era de esa gente que ayuda para obtener algo a cambio. No pedía que se le siguiese. Él sólo enseñaba el camino.
Por último, quiero pensar que Juan estará, por mucho tiempo, en el recuerdo, en nuestro recuerdo, el único sitio cierto a donde va la gente que nos abandona corporalmente. El recuerdo que no es un sitio que esté en ningún mapa, sino que es un lugar que se aloja en cada uno de nuestros corazones y de nuestra memoria, de donde sale nuestra voluntad de imitarle o de continuar su trabajo y, sobre todo, de nuestro corazón y nuestra memoria colectiva que es de donde salen las cosas que perduran y que hacen historia.
En ese lugar del recuerdo se habrá encontrado con Pepe García, “El Manco”, compañero de fatigas durante tantos años, a quien no hace, como quien dice, ni cuatro días, que el propio Juan despidió cuando Pepe también nos dejó. “El Cura, El Manco, La Viuda y el Del Collarín” eran los cuatro jinetes del Apocalipsis que tanto sueño le quitaban al alcalde Portilla con sus reivindicaciones para el Barrio, y a quienes tan desafortunadamente desconsideró.
¡Larga vida para “La Viuda” y el “Del Collarín”! Y recuerdo agradecido para “El Manco” y “Juan El Cura”.

domingo, 16 de mayo de 2010

RESUMEN SONORO DE TODA LA "INMENSA VIDA" DE NUESTRO AMIGO JUAN

Queremos "colgar" aquí una entrevista muy sencilla y personal que le hizo a Juan,  Naomí Vidal, la hija de nuestro compañero Marce. 

Se trata de una entrevista nada "profesional", pero sí muy cercana y sobre todo muy familiar. En ella, Juan explica de manera muy resumida (15 minutos) lo que fue su "inmensa vida", pero a su estilo, de forma muy sencilla, muy espontánea y sobre todo muy clara y directa. 

Es muy significativa la última parte de la misma, dónde refleja su estado de ánimo en relación con una de sus luchas finales: el mantenimiento del compromiso de su orden religiosa con los más humildes y con este Barrio...................

Son pocos minutos, pero intensos. Reflejan de manera magnífica quien y cómo era este ".cura de barrio"...........

SIRVA COMO RECUERDO PERMANENTE Y DURADERO DE SU EJEMPLO Y REFERENTE, PARA TODOS AQUELLOS QUE LE CONOCIMOS, DE POR DONDE DEBERÍAN SEGUIR NUESTROS PASOS, TANTO EN LA VIDA PERSONAL COMO COLECTIVA..........


 
¡¡¡ DE NUEVO, Y PARA SIEMPRE.........MUCHAS GRACIAS JUAN POR HABERNOS REGALADO TU FORMA DE VIDA  !!!!

jueves, 6 de mayo de 2010

OTRO HOMENAJE PARA JUAN

Sirva esta foto "histórica" de JUAN  en la inauguracion oficial del Parque de la Barquera, va a hacer ahora 20 años  el próximo Día de S. Juan, para seguir haciéndole un homenaje y recordatorio de toda la vida que nos regaló.

 Sirva también como ilustración de las excelentes líneas (abajo reproducidas) que  nuestro compañero y mejor amigo, Juan Carlos Cabria, supo y pudo entrelazar a las pocas horas de haberse "marchado" este gran "maestro". 

Amigo Juan, buen viaje y gracias.
 
Se hace tremendamente difícil escribir cuando las teclas se ven borrosas y empañadas por las lágrimas, se hace aún más difícil pensar con claridad cuando los recuerdos y las imágenes se amontonan en la mente pidiendo paso. A menudo nos gusta decir que todos somos iguales, que todos tenemos los mismos derechos y los mismos deberes...en sentido estricto es así, en la práctica la realidad se impone. Hay personas que verdaderamente son únicas, cuyo espacio es imposible de llenar. Ni ahora, ni nunca. Personas que se marcan a fuego en nuestra piel y de cuyo recuerdo nunca más podremos desprendernos. Solemos decir que nadie es imprescindible... No es así: hay gentes imprescindibles. Juan para sus vecinos de Covadonga y Torrelavega, Pepín para su amigos de la montaña Palentina o Pelines para sus compañeros de Orden, es imprescindible. Se hace imposible concebir un mundo, un Barrio sin su presencia.
Cuando cada uno de nosotros hagamos balance de nuestras vidas, veremos que hemos sido capaces de quedarnos en el corazón de unas pocas personas, sin embargo Juan ha sido capaz, sin pretenderlo, de quedarse con el corazón de miles de personas. No es nada fácil lograr encontrar un hueco en el corazón de tantas gentes… Es una hazaña sólo accesible a muy pocas personas. Seguramente estas líneas no le gustarían nada a Juan, puesto que no entraba en sus planes ser protagonista de nada. Concebía la vida de forma simple: ser fiel a sus ideas cristianas y por lo tanto ser fiel a los demás. Denunciar las injusticias y, sobre todo, actuar frente a ellas. Disimuló su enorme capacidad intelectual bajo el cotidiano aspecto de un denodado trabajador manual. Es imposible fijar la mirada en cualquier punto del Barrio Covadonga y no encontrar su impronta. Su pantalón de pana verde, su pelo perennemente alborotado y su mochila continuarán junto a nosotros trabajando en todos los rincones del Barrio, recorriendo los picos de Europa y la montaña Palentina. Su espíritu queda aquí y en su refugio del Golobar. Su último año fue difícil. La espada de Damocles que se cernía sobre su estilo de vida, sobre su manera de entregarse a los demás, ha sido excesivamente fuerte para un corazón duro, pero cercenado por las múltiples heridas de una vida entregada sin límites a los demás. Ayer cuando era vestido para su última travesía tan sólo podía calzarse un par de zapatos, no tenía más que un par de zapatos...

Se ha quedado definitivamente con su gente, con quienes, además de su familia, eran sus amigos, sus compañeros, sus cómplices… El mejor homenaje: proseguir su labor, nuestra labor. No nos podemos permitir abandonar ninguna de las tareas que nos reclaman.

Si sólo mueren quienes no dejan huella y quienes no quedan en el recuerdo de las gentes, Juan ni mucho menos ha muerto, sigue vivo. Vivirá con nosotros para siempre.

Muchísimas gracias, amigo y buen viaje.

Juan Carlos Cabria Gutiérrez.
“Asociación de Vecinos Besaya”.

lunes, 3 de mayo de 2010

SIEMPRE ESTARÁS CON NOSOTROS...........EN TU BARRIO


QUERIDO JUAN:

Hoy, a pocas horas de tu pérdida, no nos salen las palabras, no tenemos mucha facilidad para redactar nada que te sirva de homenaje, pues tu trayectoria, tu vida, tu compromiso fue tan, tan,  tan grande como tu corazón...............Sí, ese mismo corazón que se te ha roto de puro  grande que era, pues todos han de saber que siempre lo  repartiste entre aquellos a los que tu siempre te referías como los "pobres", los "sin nada"........los vecinos, los obreros, los compañeros de barrio y ........... de asociación de vecinos.

Sí, Juan.............tú vida ha sido y será muy grande para todos tus convecinos y nos será muy, muy, muy dificil no seguir compartiendo físicamente tu presencia, pero estamos muy seguros de que NUNCA NOS DEJARÁS caminar sólos y que desde allí dónde TU  te encuentres, seguirás dándonos GRANDES LECCIONES DE COMPROMISO y DISCRECIÓN, porque hasta así quisiste marcharte, de manera discreta, en tu habitación, pero eso sí, aunque discreto, dándonos una última lección de saber cuando nos querías decir adios, en mitad de la fiesta de TU Barrio y antes de que algunos te quisieran llevar lejos de él.

Quisiste quedarte para siempre en Covadonga y con la gente de Covadonga............JUAN, MUCHAS GRACIAS POR TODO LO QUE NOS HAS DADO Y GRACIAS TAMBIÉN POR SER EL ULTIMO IRREDUCTIBLE

¡¡¡ HASTA SIEMPRE !!!