sábado, 16 de octubre de 2010

LOS PRIMEROS PASOS ASOCIATIVOS

(Fuente: Libro "Barrio Covadonga: Más de 25 años de Luchas y Logros")
(Autores: Juan Carlos Cabria Gutiérrez y AAVV Besaya) 

En estas sucesivas entregas de la historia de nuestro Barrio, nos encontramos recorriendo los años 60, 70 o principios de los 80 del pasado siglo XX. La Barriada era ya un hecho objetivo en este tiempo y los vecinos comenzaban a tomar inmediata conciencia de su situación. Aquéllos pioneros moradores del Barrio, en su gran mayoría jóvenes con familia poco dispuestos a cruzarse de brazos, enseguida se dieron cuenta de que tanto los venidos de lejos como los de cerca, tanto los que trabajaban en talleres, en la mina o en grandes factorías, tenían mucho en común, y sólo con el esfuerzo solidario del conjunto se podría poner coto a tanta injusticia urbanística y social.

Pequeños grupos de activistas se fueron reuniendo a finales de los sesenta por diversos pisos del Barrio, siempre de manera clandestina y no sin riesgo para quienes participaban, ya que no estaría de más recordar a los más jóvenes que eran aquellos, momentos difíciles gobernados por una dictadura y que las reuniones vecinales no eran del gusto del poder. Las asambleas de más de tres personas habían de ser autorizadas y, como es lógico, permitir la reunión de quienes pretendían dignificar un Barrio, fruto de los desmanes de políticos y constructores, no parecía que fuera a tener su beneplácito.  Así pues, las reuniones clandestinas en pisos como los de Amancio Ruiz Capillas se hicieron más que habituales. Encontrar un lugar seguro de reunión no era fácil. A los iniciales y accidentales sacerdotes de la parroquia por aquel tiempo no les gustaban aquellos líos y no permitían las reuniones. No así Nicanor, párroco de Campuzano, a donde acudían asiduamente en aquellos años de 1974-1975. La casa de Tere Bonilla fue uno de los reductos donde seis, siete u ocho activistas iban perfilando la Asociación. La HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica) se reunía en los bajos de la Parroquia del Barrio, cuando se les permitía, y después asiduamente en Campuzano. Algunos de los que se estaban reuniendo y preparando eran comunistas y la cosa se puso fea para ellos. Las autoridades indagaban y preguntaban lo que hacían, dónde, cómo y sobre todo, quiénes.

Años tan duros como que los llamados brigadillas(policía secreta), seguían a los más representativos de la Asociación. Se apostaban en las esquinas tras las reuniones del colectivo de Amas de Casa. Iban a los pisos y amedrentaban a las mujeres para que éstas a su vez presionaran a sus maridos para que abandonaran este tipo de iniciativas, así como otras muchas prácticas destinadas a la destrucción de cualquier tejido asociativo

Pese a todo esto, se creó finalmente un colectivo diverso, que transcendió a los movimientos de izquierdas y que consiguió  que en el año 1977 se nos otorgase un papel en el que se reconocía la existencia de la Asociación de Vecinos "Besaya".

No hay comentarios:

Publicar un comentario