viernes, 7 de diciembre de 2012

"PODA" SALVAJE EN LA BARQUERA

Nuestro ayuntamiento corta por lo sano…literalmente.


Sinceramente no creemos que en Torrelavega nos sobre la naturaleza. Seguramente podremos presumir de muchas cosas… Pensemos… mejor en otro momento. Pero si de una no podemos presumir es de tener una exuberante flora y fauna. Enorme contrasentido encontrándonos en medio de una tierra como Cantabria, antaño paradigma de paraíso natural y cada día más menos paradisiaca, más terrenal y mundana en realidad. Pero en Torrelavega, siempre a la vanguardia, que no hay muchos árboles centenarios, ni tan siquiera con unos pocos decenios o lustros, qué más da, hay van las hordas de taladores ampliamente cualificados a las órdenes de aún más preparados munícipes, y cuídese Atila de que no le quiten del conocido dicho o expresión castiza.

Pues por los lares del Barrio Covadonga somos expertos en los desmanes que se llevan a cabo es las podas, talas, estropicios o despropósitos que de manos de unos u otros dan como resultado que árboles de toda especie, índole, condición, procedencia o “autoctonía” se vean cual poste de la luz. La última de las tropelías, que colma el vaso de la paciencia, tiene como protagonista el hasta hace bien poco hermoso arbolado que rodeaba la bolera del Parque de Barquera. El imperfecto del verbo empleado tiene su razón porque dicho arbolado ya más que rodear intenta asomarse, ante el recorte, cual salario, que han sufrido los incautos ya troncos. Los has dejado eso sí, muy bien recortaditos para no tener que arreglarles las puntas en muchos, muchísimos años. Como no podía ser menos también aquí conocemos los daños colaterales, y la bolera rehabilitada y acondicionada para la práctica del tradicional bolo pasiego por un colectivo entusiasta ha quedado maltrecha… a los tronchos y ramas se les ocurrió caer sobre ella y destrozarla.

Estos excesos son comunes a toda la ciudad y sinceramente, ya está bien. Paródicamente tanto la palabra podar, como pensar proceden de un mismo término latino puto. Sin embargo, sería un inútil esfuerzo intentar que ambos términos coincidan en la misma frase con quienes rigen nuestros designios municipales.

Asimismo para quienes consideren que hay cosas y cuestiones mucho más importantes en las que pensar, seguramente no les falte cierta razón. Pero tengan en cuenta que si así se llevan a cabo este tipo de asuntos, pueden imaginarse cómo se tratan el resto.




No hay comentarios:

Publicar un comentario